Para seguir completando la formación, mi maestro Manolo pensó que nos deberíamos apuntarnos como copistas en el Museo del Prado.
Era necesario que nos firmara la solicitud un pintor con primera medalla; y como Manolo conocía Demetrio Salgado, pintor que trabajaba para la galería de Martínez en la calle Felipe IV, pués nos firmó, y digo nos, porque pudimos asistir a copiar al Museo del Prado, Isabel, la principal novia de mi maestro, y yo.
Decidimos copiar el Santo Tomás de Ribera, El Españoleto, e Isabel,cabeza de Baco también de Ribera.
Que importante te sientes estar pintando en El Museo del Prado. La experiencia fue muy muy positiva.
Pero como siempre algunas personas ponen el punto negativo. Un mal rollo con algunos "profesionales de la copia",que como vivían de ello parecía que les molestaba el nuevo intruso. Y el encargado de quitar y poner los caballetes y los lienzos, que se comentaba ,que si no le dabas suficiente propina te podía aparecer el lienzo roto. Me pareció un poco de mafia.
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